Las variaciones que presentan tanto los estilos musicales como los contenidos de las letras se aprecian en el orden de las canciones. El disco se abre con «Linboan», una especie de twist de ritmo pegadizo, pero su tono falsamente «happy» queda anulado por el humor autoirónico de la letra. En «Egiozu kasu» encontramos, en un estilo folk-rock, el viaje trazado a través de una vida sin libertad. La tercera canción, «Guduka», presenta el absurdo de las guerras con potente sonido. La siguiente, «Bertan goxo», recuerda un cuento tradicional con aires folk; en las dos podemos gozar de los solos de guitarra de Batiz. Los malentendidos intergeneracionales se muestran en la titulada «Ez dut jakin nahi», el mejor ejemplo de power-pop en el disco. A continuación, la skatalítica «Ezkabapean» nos trae el recuerdo de los barrios obreros del norte de Pamplona. En el séptimo tema, «Nor da beste aldean?», se endurecen el ritmo y el sonido de las guitarras para tratar con humor los problemas que tenemos con el teléfono. Un lirismo especial destila el peculiar vals «Hegoak (In Dylan imitatione)», homenaje a Dylan de Pello Lizarralde. Nuevamente aparece el estilo power-pop con fuerza en «Argia piztuta gogoan», donde se critican los excesos de las creencias. El CD se cierra con «Iruñean rokanrolik ez», una amable parodia del rock duro, que quiere ser un homenaje a los aficionados que tienen que viajar fuera de nuestra ciudad para poder escuchar en directo a las primeras estrellas del rock (o folk, jazz…) internacional.
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